ADECUACIÓN NECESARIA, LEGISLACIÓN LABORAL
Me permito señalar algunos puntos que, en caso de tener que revisarse o de dictarse una nueva ley de regulación del trabajo, podrían ser convenientes tenerlos en cuenta.
La realidad es que todos, absolutamente todos, de alguna manera, trabajan (…trabajamos); y siempre, siempre bajo alguna subordinación, bajo alguna dependencia, por una paga, en un determinado tiempo y lugar. Veamos, el Presidente de la República trabaja, tiene un lugar de trabajo, un horario básico, funciones específicas, recibe una remuneración, usufructúa vacaciones y rinde cuenta de su trabajo a la ciudadanía y al Congreso; pero su actividad laboral no está regida por las disposiciones de este Código del Trabajo. Así también los Senadores, los Diputados, los Magistrados, los altos funcionarios, los profesionales, los ejecutivos, los técnicos, los artistas, las amas de casas, hasta los haraganes trabajan (porque hacer nada es su trabajo) sin embargo la actividad laboral de todos estos “trabajadores” tampoco está sujeta a las disposiciones normativas de este cuerpo legal.
El tema es entonces, si todos trabajan por qué no tener un único, general y verdadero Código del Trabajo, y a partir de éste regular las actividades especiales; no proceder al revés (generando anarquía y hasta anomia) como comúnmente acontece en nuestra legislación: leyes especiales que se remiten al Código del Trabajo, que reitero no es Código del Trabajo sino Código del Trabajo de los trabajadores en relación de subordinación y dependencia. Además, seriamente habría que analizar si actualmente amerita una protección cercana a la consagración de la desigualdad (art.46 – 2ª.p. CN) en la diada trabajador-empleador, teniendo en cuenta la tendencia igualitaria así como la real y creciente dependencia hoy del empleador respecto del trabajador; y no ya tanto al revés.
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