Declaración de Asunción

El Instituto de Desarrollo del Pensamiento Patria Soñada, con el patrocinio de la Global Peace Festival Foundation presidida por el Dr. Hyun Jin Moon y de la Fundación Paz Global de Paraguay, que encabeza el Lic. Thomas Field, organizó en la ciudad de Asunción entre el 20 y 22 de octubre de 2010, una Conferencia Internacional del Liderazgo titulada: “Oportunidades, dificultades y retos de América Latina en esta Epoca”.

Por Instituto Publicado el 20/10/2010 15:30

Reunidos en la ciudad de Asunción, República del Paraguay, como ciudadanos de este continente y el mundo; proclamando nuestro deseo de trabajar – más allá de las de diferencias religiosas, políticas , sociales y étnicas – por la unidad de América Latina como continente de paz y futuro, como un espacio llamado a iluminar un mundo cargado de incertidumbre y confusión.

Motivados por el sueño, largamente anhelado de hombres y mujeres conscientes que se sacrificaron por el bien mayor de la libertad, paz y la felicidad, para que estos beneficios sean compartidos por las grandes mayorías. Un ideal eterno expresado bajo la visión de: Una Familia Bajo Dios. Una idea y una acción cuyo tiempo llegó.

Reconociendo la dignidad humana con el fin de asegurar la libertad, la igualdad y la justicia, reafirmando los principios de la democracia republicana, representativa, participativa y pluralista y confirmando la soberanía e independencia de cada nación, pero integrada a la comunidad internacional, revalidamos nuestra observancia de los principios que deben guiar los cambios institucionales, culturales, políticos, económicos y sociales urgentemente requeridos para liberar nuestras sociedades de la pobreza, el atraso, la ignorancia y la marginalidad.

A tal fin, participamos enla Conferencia Internacionalde Liderazgo: “Oportunidades, Dificultades y Retos dela América Latinaen esta Época – Hacia una nueva dirigencia” en el marco del Global Peace Festival Paraguay 2010 y DECLARAMOS:

1. Ratificar nuestra fe en el Creador. quien dotó al ser humano con valor y dignidad únicos; derechos inalienables a la vida, la libertad, la justicia y la búsqueda de la felicidad. Estos derechos implican deberes individuales espirituales y morales intransferibles, arraigados en el anhelo universal de transcendencia.

2. Reavivar los valores y virtudes cívicas que reflejen las mejores tradiciones espirituales, democráticas y plurales de la humanidad en el continente y el mundo.

3. Impulsar en la educación los principios éticos y valores universales que permitan a niños y adultos jóvenes convertirse en mejores seres humanos y buenos ciudadanos, fortaleciendo la familia como cimiento de la sociedad y el matrimonio entre el hombre y la mujer como su indiscutible núcleo.

4. Facilitar el acceso al conocimiento de la ciencia, la tecnología, la información y el trabajo productivo a todos los niveles sociales y estamentos étnicos culturales, por constituir los instrumentos ineludibles para edificar en el presente un futuro moderno y próspero.

5. Reconocer que los derechos que gozamos están intrínsecamente ligados a nuestras responsabilidades y deberes de ciudadanos comprometidos para el progreso de la sociedad, la nación y el continente. Proclamar que una formación tendiente a instituir una ciudadanía plena, crítica y participativa es la piedra angular imprescindible de la estabilidad y calidad de una vigorosa sociedad democrática.

6. Incorporar el concepto de “seguridad necesaria” para instalar y gozar de los mínimos derechos societarios en un mundo inestable. Ampliar sus marcos definitorios envolviendo entre sus parámetros la gobernabilidad democrática, la sustentabilidad ambiental y el desarrollo económico y social. Comprender que sin una articulación mínima de libertad y seguridad será imposible alcanzar las metas institucionales, ambientales, culturales y de mejora general de la calidad de vida que anhelamos.

7. Promover la igualdad y equiparación de oportunidades para que niños y jóvenes, varones y mujeres, puedan aspirar a un futuro decente para sí mismos y sus familias. La igualdad de oportunidades es una condición y una obligación moral para construir sociedades con equidad, y sin exclusión.

8. Despertar el sentimiento de empatía en quienes más riqueza, conocimiento y poder detentan para sensibilizarlos sobre las necesidades de los más débiles y postergados mediante un genuino ejercicio de la solidaridad, sin un asistencialismo improductivo.

9. Incentivar en los medios masivos de comunicación social la predisposición positiva sobre este universo temático, conscientes de su crucial contribución en el mundo de la información y la sociedad del conocimiento.

10. Colaborar en remozar la integración y unidad de las naciones, basada en valores y objetivos compartidos para conseguir una integración equitativa que trascienda sus naturales y legítimas diferencias como una respuesta actualizada a la prueba de la globalidad y la urgencia de incrementar nuestra participación.

Nos inspira el amor hacia nuestras respectivas naciones y el deber histórico de consolidar una América de libertad y paz, bajo la cultura del respeto mutuo. Para lograrla, nos obligamos a incentivar un gran despertar espiritual y cívico en ciudadanos y sociedades.