Es la libertad que se ocupa de la autonomía material del individuo en relación con el Estado y otros grupos organizados. Una persona es libre económicamente cuando tiene el control de su trabajo y propiedad. Está relacionada con la libertad política. Esta definición es de la Fundación Heritage, prestigioso laboratorio de ideas en Washington DC, que anualmente realiza al respecto un estudio a nivel global. A tal efecto, cuenta con la colaboración del Wall Street Journal, el diario financiero de mayor circulación en los EEUU. El Instituto de Desarrollo del Pensamiento Patria Soñada (IDPPS), entidad sin fines de lucro en Asunción, publica una revista anual, que enfoca la posición de Paraguay en la estratificación de países, articulada con Indicadores de la Libertad Económica. Allí se abordan cuatro aspectos de la misma: Estado de Derecho, Intervención Limitada del Gobierno, Eficacia Reguladora y Apertura de Mercados, subdivididos en 12 componentes. Estado de Derecho: los Derechos de Propiedad, la Integridad Gubernamental y la Efectividad Judicial. Tamaño de Gobierno: Gasto Público, Carga Tributaria y Salud Fiscal. Eficacia Reguladora: Libertad Empresarial, Laboral y Monetaria. Apertura de Mercados: Libertad de Comercio, de Inversión y de Finanzas.
LOS MEJORES EN EL MUNDO. Dichos indicadores posicionan en los diez primeros puestos a países de Asia y el Pacífico, como Hong Kong, Singapur, Australia y Nueva Zelandia, que junto con Suiza encabezan las mejores puntuaciones. Irlanda, Estonia, Reino Unido, Canadá y Emiratos Árabes Unidos completan los primeros diez lugares, con calificaciones siempre superiores a los 76 puntos. Los líderes por regiones geográficas han sido Canadá en América del Norte, Suiza en Europa, Emiratos Árabes Unidos en Medio Oriente, Chile en Latinoamérica, Hong Kong en Asia-Pacífico y Mauricio en África Subsahariana.
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE. Aquí no hay ningún país económicamente “libre” a plenitud. Solo uno de sus 29 países, Chile, es considerado “mayormente libre”. La mayoría figura como “moderadamente libres”. En el otro extremo Ecuador, Surinam, Bolivia, Cuba y Venezuela son calificados como “reprimidos”. Un examen de tales indicadores revela que ALC supera el promedio mundial en 4 de las 12 categorías. En ALC, 16 países han recibido la calificación de economías “moderadamente libres” (60-69.9). Entre ellos está Paraguay con una puntuación del 62.1, por encima de Brasil y Argentina, calificados estos últimos como “economías mayormente no libres”.
POCOS CAMBIOS EN ALC. En esta gran región, 15 países registraron aumentos y 14 descensos en libertad económica. Esta tendencia tan dividida indica que la región sigue buscando su identidad económica. Después de un periodo prolongado de dominación populista, el péndulo latinoamericano ha retrocedido a centro-derecha en varios países, incluyendo Argentina, Brasil y Chile, pero la región sigue siendo ideológicamente fluctuante.
PARAGUAY. Nuestro país está por debajo de Chile, Colombia, Uruguay y Perú –los mejores–, pero por encima de Brasil, Ecuador, Bolivia, Argentina y Venezuela (los peores). Hoy Paraguay ocupa la posición 82 del ranking mundial entre 186 países, observando un pequeño descenso en 2 posiciones. En el 2018 su calificación fue 62,1 (sobre la base de 100), por encima del promedio mundial (61,1), registrando este año un retroceso de solo 0,3 puntos en comparación al índice del 2017 (62,4), siendo así una economía moderadamente libre. En 2018 Paraguay mantuvo el puesto 14 entre 29 países de ALC, con respecto a 2017.
CAÍDA LEVE. En el Índice de Libertad Económica versus Estado de Derecho, la propiedad privada se respeta en Paraguay, pero la falta de encuestas y registros consistentes dificulta la adquisición de títulos de propiedad inmobiliaria. Los casos conflictivos, que van a litigio, permanecen durante años en el sistema judicial sin resolución. Por otro lado, la corrupción sigue siendo generalizada en todas las ramas y en todos los niveles del gobierno. La leve caída fue ocasionada así mismo por puntuaciones bajas en libertad monetaria y por la gran economía informal. Además, el crecimiento del sector privado está obstaculizado por debilidades institucionales que socavan el Estado de Derecho.