Totalitarismos
Si los definimos, tal cual lo hace la Real Academia Española, como doctrinas y regímenes políticos desarrollados durante el siglo XX, en los que el Estado concentra todos los poderes en un partido único y controla coactivamente las relaciones sociales bajo una sola ideología oficial, esto da pie a que se piense lo siguiente:
Los hubo también en siglos anteriores al XX y también en el XXI. En numerosos casos son llevados a la práctica por una sola persona, políticamente todopoderosa, proclamada por un partido único, que la consagra por varios años y en algunos casos de por vida. Quizá por eso, conociendo la realidad global y sus repercusiones en América Latina y el Caribe (ALC), la siguiente definición es más útil: Régimen político en el que el poder es ejercido por una sola persona o partido político de manera autoritaria, excluyendo a los demás, controlando todo el Estado y cercenando libertades públicas. Totalitarismos de esta clase se consolidan a veces en una sola región del globo, con influencias en su derredor. En otros casos, ejercen hegemonía ya a nivel planetario.
REGIONAL. Ejemplo clásico de la primera de estas dos formas de manifestación es la Rusia comunista e imperialista de hoy en día, heredera de la Unión Soviética. Su autócrata Putin consolida su esfera de acción en Europa Central y Oriental, también en el Cercano y Mediano Oriente así como en Asia septentrional. Su proyección hacia ALC se afianzó desde comienzos de la segunda mitad del XX, empezando por Cuba, que hasta hoy sigue bajo su dominio. Desde fines del siglo XX y comienzos del actual, su poder es indiscutible también en ciertos países de América Central y en Venezuela. Echó pie también en Bolivia, bajo la presidencia de Evo Morales. Putin lleva ya décadas a la cabeza del totalitarismo ruso, bajo diversas formas secuenciales de acceso directo e indirecto al poder, permaneciendo siempre en su cúspide.
GLOBAL. Otro ejemplo impresionante del segundo tipo de régimen, de presencia planetaria, es la China Roja bajo el mando de Xi Jinping. Es el totalitarismo de comunismo ortodoxo más poderoso en expansión global. Utiliza a tal efecto varios canales de penetración y coerción, desde la fuerza bruta de las armas pasando por imperialismo sofisticado vía créditos y últimamente ofertas masivas de vacunas antivirus a precios bajos subsidiados en origen, financiados con aquellos. Esto podría dar origen a un neologismo: “penetración vía balanza de pagos internacionales (BdPI)”. Es decir, la China roja la ejerce también a través del comercio exterior de bienes y servicios (cuenta corriente de la BdPI) así como vía préstamos e inversiones directas (su cuenta de capital). La autocracia de Xi empieza en su mismo territorio, erradicando las libertades básicas de una sociedad abierta. Reprime ferozmente a minorías étnicas y religiosas así como despoja de su estatus especial -por vía del amedrentamiento de las armas- a la región autónoma de Macau (ex colonia portuguesa) y del sometimiento brutal del ex protectorado británico de Hong Kong a los dictados de Beijing, echando por tierra su estatus especial firmado con Gran Bretaña. Tampoco renuncia la China roja a la isla de Taiwán, que la considera provincia rebelde. Invocando una ley “antisecesión” vigente ya hace algunos años, Xi podría utilizar la intervención militar para anexarse a esa isla independiente. Lo hubiese hecho ya hace tiempo si no hubiese sido por el sólido respaldo internacional de Occidente, obtenido por Taiwán, especialmente el de los EEUU.
ALC. En América Latina y el Caribe, la expansión de la China roja es omnipresente. Está ejerciendo influencia en varios países de América Central así como en Venezuela y Argentina vía las cuentas de capital de la BdPI. Con la mayoría de los países sudamericanos lo hace vía cuenta corriente de la misma. Nuestro país, a diferencia de ellos, lleva oficialmente décadas ya de cooperación múltiple con Taiwán, y viceversa, en actitudes comunes claramente anticomunistas. Los dos países tienen el estatus especial de aliados de los EEUU. Esto implica para ellos mayor independencia ante el acoso de la China roja. Buena noticia es que Gobiernos norteamericanos últimamente han reiterado ese compromiso, al punto de que sus últimos Presidentes y el actual han anunciado mayor acercamiento a ambos países. En los últimos tiempos, el Poder Ejecutivo y la influyente Fundación Heritage de los EEUU han anunciado un “triángulo de oro” entre Asunción, Taipei y Washington DC en términos de cooperación interactiva.
Dr. Ricardo Rodríguez Silvero
Asunción, 07 de marzo de 2021
Fuente: Diario Ultima Hora.